La mayoría de nosotros pasamos muchas horas del día mirado fijamente a las pantallas digitales de nuestros móviles, tabletas y ordenadores a una distancia muy próxima a nuestros ojos. En realidad, si estás leyendo este blog, significa que ahora mismo estas manteniendo tu mirada en una de estas pantallas y la gran mayoría emiten una elevada cantidad de luz azul nociva, que las defensas naturales de nuestros ojos son incapaces de filtrar para su neutralización.

 

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La luz visible para los ojos de los seres humanos es la mezcla de otras luces de diferentes colores. Rojo, naranja, amarillo, verde, cian, azul y violeta: los vemos perfectamente cuando la naturaleza nos da la oportunidad de presenciar un Arco Iris. De manera artificial, en los laboratorios de óptica, también se puede provocar la separación de la luz blanca en sus colores.

Cada uno de estos colores que percibimos son luces con diferentes longitudes de onda y frecuencia. Las luces de los colores (cian, azul y violeta) son las que tienen mayor energía, las llamamos en conjunto luz azul y son aproximadamente el 25 % de la luz blanca que nos rodea.

 

“Los estudios científicos dedicados a este tema confirman que tiempos de exposición prolongados a la luz azul pueden causar en nuestros ojos problemas y daños a corto y largo plazo”.

 

Las lámparas fluorescentes, las luces led y las pantallas de nuestros móviles, tabletas, ordenadores y televisiones emiten altas cantidades de luz azul nociva. La utilización de todos estos dispositivos implica mantenerlos muy próximos a nuestros ojos y de manera prolongada. Actitud que nos puede causar a corto plazo fatiga visual, dolor de cabeza e incluso molestias físicas y mentales. A largo plazo, el uso prolongado en el tiempo de estos aparatos, podría llegar a provocarnos daños en las delicadas estructuras internas de nuestros ojos. Nuestras retinas se podrían ver afectadas de tal manera que podría acelerarse la a aparición de enfermedades oculares como DMAE (degeneración macular asociada a la edad), una de las principales causas de ceguera en todo el mundo. También se supone que otras partes de nuestros órganos visuales se podrían ver afectadas por la exposición continua a las luces de alta energía. La aparición de cataratas y otras patologías oculares podrían ser sus manifestaciones. Además, hábitos crónicos con estos equipos electrónicos también pueden tener efectos perjudiciales sobre nuestro estado de salud general, alterando los patrones que regulan nuestras horas de sueño y nuestro ritmo circadiano.

 

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Los filtros naturales que poseen nuestros órganos visuales no nos proporcionan una protección suficiente para un flujo continuo y permanente de luces nocivas. Pero podemos reducir de manera significativa la cantidad de luces nocivas que alcanzan nuestros ojos, utilizando en las lentes que colocamos en nuestras gafas recubrimientos especialmente diseñados para bloquear gran parte de la luz nociva. Estos tratamientos especiales se pueden aplicar a las lentes que utilizamos permanentemente o a las lentes que solamente vamos a utilizar delante de nuestras pantallas. Bloquearan de forma eficaz la luz Ultra Violeta que procede del sol y la luz azul de los dispositivos digitales, ayudándonos a prevenir las situaciones de estrés visual y las enfermedades oculares, al mismo tiempo que permiten el paso de la luz necesaria para garantizar una visión nítida y el bienestar general de todos los usuarios.